El Villarreal volvió a hacer historia. Lo logró de nuevo para poner Europa a sus pies en unos cuartos de final de la Liga de Campeones de infarto. En una cita en la que apenas nadie confiaba en la machada, el tanto de Samu Chukwueze casi con el tiempo cumplido hacía alcanzar el éxtasis en el cuadro amarillo. También en las gradas del Allianz Arena, donde los más de 1.500 aficionados llegados desde España apenas podían creerlo tras haber sufrido, y mucho, en una segunda mitad en la que el Bayern salió en tromba y pareció dispuesto a golear.
No fue suficiente para el Bayern con la profundidad y el constante peligro de sus extremos, ni tampoco el tanto de Lewandowski tras un error de Parejo. Nunca descompuso a los ‘groguets’, guiados por un maravilloso Albiol, a pesar de que el delantero polaco hizo crecer a los bávaros un poco más. Tras el empate, regresa el submarino a unas semifinales de la máxima competición europea. Una ronda de infausto recuerdo, pero a la que llega con un maravilloso sueño por cumplir y tras su heroico papel en las dos rondas anteriores.
Como una olla a presión se presentaba el partido en un Allianz Arena lleno hasta la bandera que quiso homenajear a Torpedo Müller, uno de los futbolistas más grandes de su gloriosa historia, con un espectacular mosaico en uno de los fondos. Estrategia, más allá del colosal ambiente del coliseo muniqués, con la que motivar a un Bayern que llegaba a la cita con un claro favoritismo a pesar de haber caído en el choque de ida.
Los aficionados querían ser partícipes de lo que prometía ser una noche mágica, en la que la pizarra de Unai Emery volvió a ser, como ya ocurriera en La Cerámica, un dolor de cabeza para los de Nagelsmann. Con el veterano Albiol comandando un equipo que en la competición europea siempre muestra su mejor cara, el Villarreal supo desquiciar a los bávaros, incapaces de penetrar un entramado defensivo que les obligó a buscar continuamente las bandas. Serían Sane, en mayor medida, y Coman los protagonistas del ataque con numerosos centros al área que no inquietaban la meta de Rulli. Apenas un poderoso remate de Musiala que se encontró con el cuerpo del cancerbero en un primer tiempo en el que se encontró cómodo.1Bayern
Neuer; Pavard, Upamecano, Lucas Hernández (Davies, min. 87); Kimmich, Goretzka, Coman, Sane; Musiala (Gnabry, min. 82), Müller (Choupo-Moting, min. 90) y Lewandowski.1Villarreal
Rulli; Foyth, Pau Torres, Albiol, Estupiñán; Parejo (Aurier, min. 93), Capoue, Coquelin (Chukwueze, min. 84), Lo Celso; Danjuma (Pedraza, min. 84) y Gerard Moreno.
- Goles: 1-0: min. 52, Lewandowski; 1-1: min. 88, Chukwueze.
- Árbitro: Slavko Vincic (Eslovenia). Amonestó a Lewandowski por parte del Bayern y a Foyth y Lo Celso por parte del Villarreal.
- Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final disputado en el Allianz Arena, ante 70.000 espectadores.
Fue tras el descanso cuando llegó el momento crítico para un Villarreal que sufrió sobremanera desde que salió al bonito césped del Allianz Arena. Embotellaron los alemanes al conjunto amarillo, lo que se esperaba para un comienzo de choque bastante plácido para los de Emery. Con los dos extremos percutiendo en cada ataque bávaro tuvo la primera opción clara Upamecano en un remate que se le fue demasiado lejos.
Profundidad y velocidad
No perdonaría Lewandowski pocos minutos más tarde con un disparo a la media vuelta y tras un mal pase de Parejo en la salida del balón. Quizá uno de los pocos errores cometidos por el submarino en el peor momento del choque para dar alas a los de Nagelsmann, que por momentos fueron una apisonadora. Pudo Müller hacer el segundo, de cabeza, en una clarísima opción que incomprensiblemente erró.
Mantuvo la calma el Villarreal ante las acometidas del Bayern para llegar vivo al final de un partido en el que todo hacía indicar que llegaría a la prórroga. No pudo evitarlo Danjuma en el primer remate del encuentro para el conjunto español, pues se marchó alejada de la meta de un inédito Neuer. Con Chukwueze y Pedraza en el campo ganaban los de Emery profundidad y mucha velocidad. La que necesitó el nigeriano para finalizar, en el minuto 88, la gran jugada trenzada por Parejo, Lo Celso y Gerard Moreno. No perdonaba el africano para poner el tanto que ponía contra las cuerdas al Bayern y con el que volvía a hacer historia. Tras superar una eliminatoria épica, toca seguir soñando con lograr algo aún más grande.
Fuente: Las Provincias