La Valencia sin terrazas ha vuelto. Las aceras son, de nuevo, sólo para peatones (lo que en determinadas zonas como Ruzafa o como calles como Convento de Santa Clara o Ribera es una imagen atípica) en el primer día con la hostelería cerrada tras las nuevas restricciones dictadas por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el pasado martes.
Es una cara extraña la que muestra ahora la ciudad. No hay ni desayunos ni almuerzos en los alrededores del Mercado de Ruzafa o del Mercado Central. zonas donde la hostelería medra al calor de las grandes superficies. Resulta impactante ver las calles peatonales del barrio de Sant Francesc sin terrazas, algo que sólo ocurre antes y después de las mascletades.
Tampoco hay terrazas en las plazas de la Virgen y de la Reina. En la primera de ellas, junto al Palau de la Generalitat, hay hasta tres grandes terrazas que ahora están cerradas. Lo que da a la plaza un aspecto extrañamente diáfano. Persianas echadas por doquier en las zonas turísticas muestran una cara curiosa de la ciudad. Demasiado parecida a la que mostraba en los días más oscuros de la pandemia.
La decisión de cerrar la hostelería en la Comunitat ha caído como un golpe de agua fría en el sector. Es uno de los más castigados desde el inicio de la pandemia. La medida, anunciada por Ximo Puig el pasado martes a mediodía, daba a los locales tan sólo un margen de poco más de 24 horas para bajar de nuevo sus persianas. Los hosteleros se quedaban con gran parte del género perdido, locales vacíos y tan sólo la posibilidad de hacer pedidos a domicilio. Una restricción más que se presentaba tan sólo un día después de que el presidente de la Generalitat anunciase el ‘Plan Resiste’. Este plan implica un desembolso de 340 millones para salvar a empresas de los sectores que más han sido golpeados, entre ellos la hotelería y los alojamientos turísticos...Saber mas
Fuente: Las Provincias