Después de nuestro artículo de 10 lugares que tienes que visitar en la Comunidad Valenciana, donde os hablamos de las leyendas de la Cruz de los Tres Reinos, las que albergan el llamado Barranco del Infierno con sus más de 6000 escalones, las Peñas de Dios o el Camino de los Contrabandistas, teníamos que dedicarle muchas más líneas a otros lugares que merecen especial mención por las fábulas y mitos que albergan, convirtiéndolos en espacios de obligada visita tras leer este artículo.
Hoy, en Valencia Bonita, queremos que descubráis nuevas rutas junto a nosotros o, en su defecto, que volváis a recorrer lugares que ya habéis visitado pero que veréis de otra forma tras conocer lo que a continuación os relatamos. Y es que estos lugares, además de su digna mención por su espectacularidad y belleza, están cargados de historias y leyendas. Estos son nuestros 10 lugares que, tras leer sus historias, esperemos despertar en vosotros la curiosidad de recorrerlos para vivir sus leyendas.
El Salto de la Novia de Navajas y su trágica leyenda:
En la localidad de Navajas (Castellón), en plena naturaleza, se encuentra un salto de agua rodeado de vegetación en plena naturaleza, recomendado para pasar el día en los alrededores y caminar al aire libre, alejado de este mundo tan rápido. Al lugar, que en época posterior a las lluvias y nieves se ve bajar el agua con fuerza por su brazal, se le conoce como “El Salto de la Novia”, una pequeña cascada que desciende a más de 30 metros de altura para precipitarse en las aguas del río Palancia. Todo un espectáculo.
Su nombre, sin embargo, se debe a una leyenda existente en la zona, lo que la convierte en un lugar enigmático y de obligada visita, además de por su espectacularidad.
Esta leyenda cuenta que, hace muchos años, existía la costumbre de que los novios, antes de casarse, realizaran una prueba en la zona donde se dispone el salto, en los alrededores, donde al parecer el río se estrechaba. En ese mismo lugar era donde se debía de llevar a cabo un simple rito tradicional como prueba de amor, para disponer de felicidad, fertilidad y una vida plena juntos. La leyenda cuenta también que los novios que no superaban la prueba de fe y amor en la zona, significaba que iban a ser desgraciados en vida estando juntos, por lo que la pareja se rompía antes del matrimonio.
De aquel rito ceremonial surgió una fatalidad y desgracia, donde cuenta la leyenda que dos jóvenes murieron antes del matrimonio. Se dice que un día, ante la atenta mirada de la gente del pueblo, dos jóvenes, que no creían en la tradición, se acercaron a la zona para realizar la prueba. A pesar de no creer en esta tradición, pues para ellos su amor prevalecía por encima de cualquier cosa, quisieron hacerla por voluntad propia.
El destino quiso que, en aquella ocasión, una serie de fatalidades se dieran cita. Al parecer, aquel día, el Palancia bajaba revuelto y con fuerza, tanto que el agua formaba música al romper con las rocas. A pesar de esto, los dos jóvenes quisieron seguir con la prueba de fe ante la atenta mirada de los asistentes.
Así que, la joven, que nerviosa por la fuerza del río, salto cogiendo carrerilla hacia el otro extremo del río, en su estrechez. Pero aquella fue la última vez que se le vería en vida, pues el destino quiso que cayera al agua siendo arrastrada por su fuera hasta un remolino que la hizo desaparecer. Ante aquellos hechos, el joven, loco por lo ocurrido, salto al río para intentar rescatarla, pero también fue la última vez que se le vio con vida, pues corrió la misma suerte que su amada. Sus cuerpos, sin vida, fueron encontrados río abajo.
Los vecinos, tristes y consternados por lo ocurrido, decidieron dinamitar el paso para que, en un futuro, nadie corriese la misma suerte intentando repetir una tradición que, desde entonces, nadie realizó.
Según se cuenta, al parecer, en las noches de luna llena se escuchan gemidos y sollozos de tristeza de aquellos que perdieron la vida, y la cascada que cae, no es otra cosa que el lamento que llora la pérdida de los jóvenes fallecidos en forma de cola de novia, convirtiendo la estampa, para quienes visitan este lugar, en una preciosa imagen de un brazal que envuelve el río con su blanco manto.
La leyenda de Tanik y Alba: la lluvia de Luna que petrificó una amada cerca del Barranco de la Hoz
Existe una leyenda que se remonta a los tiempos de la Conquista. Una historia de amor y tristeza que termina de forma triste en los lugares donde Berenguer d´Entença libró batalla contra las tropas del rey Zayaán, donde un caballero, de nombre Tarik, perdió su vida en aquel lugar donde creció junto a su amada. Este lugar no es otro que allá donde los moriscos vivieron antes de la llegada de las tropas de Jaime I.
Se cuenta que en las inmediaciones de Chiva, Chera y Gestalgar (Valencia), en los picos cercanos conocidos como el Pico Yerbas, Charnera, Oratillos, la Peña Santa María o el lugar que nos concierte, el llano de la Marjana, fueron testigos de la muerte y sufrimiento de un amor que la vida arrebató. Como sabréis muchos, Chiva se entregó a Berenguer d´Entença el 25 de septiembre de 1237. Durante la conquista por estos territorios, allí luchó un soldado a las órdenes de Zayaán llamado Tarik. Su amada, de nombre Alba, vivió junto a él momentos de pasión en aquellos montes que hoy recorren la comarca de Los Serranos.
Al parecer, un día buscando cobijo de una tormenta, la joven pareja, Alba y Tarik, se refugiaron en una casa próxima al Barranco de la Hoz, donde vivía una bruja. Esta les dio cobijo y entablaron una conversación que les dejo sorprendidos, donde las palabras de la bruja al despedirse de la muchacha al cesar la lluvia fueron «hasta pronto, querida niña».
La bruja vaticinó que aquella muchacha quedaría viuda tras la batalla de Chiva y que pronto iría a verla para ver cómo supo que su amado hallaría la muerte. Tras el encuentro varios años después, la bruja prometió devolver la vida a su amado si Alba seguía todas sus indicaciones y tomaba una pócima durante la Luna llena en lo alto de la meseta de una de aquellas montañas. Eso sí, aquella pócima debía contener 3 lágrimas derramadas por la amada, aquellas que Alba soltaba casi a diario por quedarse viuda.
Pero Alba no siguió al pie de la letra todo lo que la bruja le contó. Resulta que cuando llegó la Luna llena, la joven subió a lo alto de una montaña de la Sierra de las Cabrillas o de Santa María, derramando tres lágrimas sobre la pócima y bebiendo el brebaje cuando la Luna reflejaba en este. Fue la bruja la que le comentó que tras alejarse del lugar no mirase la Luna, pero Alba no cumplió estas palabras. Alba quedó petrificada por los rayos lunares que iluminaban la noche convirtiéndose en un peñasco de los montes cercanos a la Marjana, formando parte desde entonces de este paraje recorrido por senderistas. Cuentan que en las noches de Luna llena todavía pueden escucharse los gemidos de tristeza de Alba y recomiendan, como os podréis imaginar, no mirar la Luna en noches así. No queráis convertiros en parte de este bello paraje.
Podéis conocer más sobre este lugar y los que le rodean, como la Cueva del Diablos, vistando artículos como el de veudelaterra.blogspot.com.es (para nosotros el mejor con impresionantes fotografías sobre el lugar), aunque también podéis visitar otros artículos como el de senderismoandbotanica.blogspot.com.es, veudelaterra.blogspot.com.es o singlesvalencia.es.
La Roca Grossa de Vilafamés:
En un rincón de Vilafamés, un pueblo de interior de Castellón, se encuentra una impresionante roca a la que todos conocen como «Roca Grossa». Cuenta la leyenda que, al tocarla, hay que pronunciar tres deseos para que al menos uno se cumpla.
Vilafamés es un pueblo de interior de la provincia de Castellón que fue declarado Bien de Interés Cultural el 22 de abril de 2005 y pertenece a la asociación “los pueblos más bonitos de España”. A medida que se va llegando a Vilafamés, se ve el pueblo allá en lo alto, sobre un cerro. Entre otras cosas, destaca por su casco antiguo y su trazado de calles, un castillo en lo alto de la población o por su impresionante iglesia parroquial, que hacen de esta población un lugar de obligada visita y que os mostraremos otro día con más fotos de nuestra visita.
Pero sobre todas estas cosas, llama la atención, y mucho, una impresionante roca por que sube por la calle principal de Vilafamés, calle de la Font, que en la población conocen como “ROCA GROSSA”, una mole de piedra que impresiona, sin duda, por su gran tamaño como podéis ver en la siguiente foto que tomamos.
Esta impresionante formación geológica de rodeno se sitúa sobre terreno inclinado a los pies de la iglesia parroquial y es uno de los grandes atractivos turísticos de la población, donde hará que os preguntéis como ha podido quedar enclavada de esa manera a pesar de su gran tamaño y peso, donde nosotros mismos buscamos si estaba sujeta por algún lugar aunque, eso sí, con respeto por la impresión que daba la roca. Las características de la Roca Grossa se pueden ver justo al lado de ella sobre azulejos y que podéis ver en la siguiente foto que tomamos, donde impresiona su peso (2163, 2 toneladas) y su volumen (832 metros cúbicos).
Entre las diferentes leyendas que existen en torno a la Roca Grossa se encuentran las siguientes:
- Cuenta la leyenda que, al tocarla, hay que pronunciar tres deseos para que al menos uno se cumpla.
- También se dice que a los habitantes de Vilafamés se les llama “Cul Roig” porque hace muchos años, cuenta la leyenda, los moradores del pueblo decidieron trasladar todos los edificios al llano, atándolos con fuertes cuerdas, donde empezaron a tirar de ellas hasta que rozaron con la Roca Grossa y resbalaron en el barro rojizo, cayendo sentados sobre el mismo y se ensuciaron el culo de fango rojo. Curioso (no se os ocurra pedir que algún habitante os enseñe el culo…).
Así que ya sabéis, cuando visitéis Vilafamés, uno de los 4 pueblos de la Comunidad Valenciana que se encuentran entre los más bonitos del mundo, no olvidéis de visitar este misterio de la naturaleza de 832 metros cúbicos y que se ha convertido en un icono y atractivo característico de la población de Vilafamés.
Las mil lunas del pirata Ben Tragel en Elche:
Elche (Alicante) tiene grandes encantos, como su palmeral, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2000 y que es, con diferencia, el más grande de toda Europa con más de 200.000 ejemplares. El origen de éste se remonta a los tiempos musulmanes, quienes levantaron este impresionante oasis para que les recordase a su tierra. Pero no solo el Palmeral de Elche es digno de visita, también lo son otros 26 puntos de Elche tal y como nos indica sendasyleyendas.com, donde nos centramos en uno de manera especial: la Torre de la Calahorra, una fortaleza de origen islámico concebida como torre de vigilancia dentro de su emplazamiento como parte de la muralla defensiva del periodo andalusí de Elche.
La edificación de la torre almohade data de fines del siglo XII o principios del XIII, siendo una torre de planta cuadrangular que defendía la entrada desde el camino procedente de Alicante más importante a la Vila Murada. En su realización se utilizaron muros de mampostería revocados, con sillares en la base y en las Esquinas. La fortaleza albergó la logia masónica ilicitana número 149 y a día de hoy en sus salas se puede contemplar en los techos frescos e incluso en el suelo símbolos masónicos, donde destacan los añadidos de las almenas y las ventanas neoárabes, que son del siglo XIX con iluminación cenital, tal y como nos cuentan de manera extensa en elchesemueve.com.
De este lugar se cuentan grandes historias y leyendas, incluso se habla de pasadizos desde sus mazmorras que llevan hasta el mar. De todas estas historias nos hacemos eco de la de Ben Tragel, un corsario que atemorizó estas tierras, y otras muchas más, allá por el siglo XIV, aunque fue Elche seguramente la que vivió sus últimos días. Cuenta la tradición oral que, por entonces, una de las veces que desembarcó Ben Tragel en Elche, en este caso en años posteriores al encuentro de la imagen de la Virgen de la Asunción (1370), el corsario halló su penitencia en este rincón del Mediterráneo. Al parecer, contento con el botín obtenido en el asalto, Ben Tragel perdonó la vida a algún que otro clérigo y monja del lugar, complaciéndose tan solo con todo lo obtenido.
Aquel gesto fue, quizás, lo que propiciaría la que relatamos a continuación, pues antes de partir, descansando en el puerto y embarcando todo el botín a la luz de la luna, Ben Tragel divisó entre las palmeras cercanas una bella figura que brillaba a la luz de luna. La curiosidad hizo seguir aquella mujer que se desaparecía a cada lugar donde el corsario la veía, haciéndole caminar más y más entre los palmerales hasta llegar a la población, donde las tropas cristianas habían llegado para intentar apresar a los piratas. El barco de Ben Tragel partió por su propia orden, a pesar de que marineros suyos le advirtieron del peligro de la llegada de los cristianos.
Resultó que aquella mujer que irradiaba luz en aquella noche le condujo, por desgracia, hasta la Torre de la Calahorra, donde allí fue apaleado y apresado a los calabozos de la propia Calahorra, por orden de un cura, a pesar de que el pueblo clamaba su muerte. Cuentan que durante las noches de su encierro, con la luna, Ben Tragel recibía cada noche la visita de aquella mujer que solo él podía ver y que no podía abrazar. Tal fue el hechizo que produjo esta mujer en el protagonista de esta historia que, incluso con la visita de un amigo berberisco a los calabozos, insistiéndole que aguantara hasta la llegada las tropas de su hermano Zeit, este declinó la ayuda y le instó a que soltase a un fraile que tenía encadenado en Orán en la puerta de su casa como a un perro.
Para cuando este fraile volvió a Elche tras la clemencia mostrada por Ben Tragel, solicitó verlo para poder entablar conversación con él. Cuentan que tras las palabras con el corsario, el propio cristiano apresado que estuvo más de diez años apresado recomendó al cura que evitó el apaleamiento bautizar en la fe de Cristo a aquel que rezaba por Alá. Aquellas palabras, a pesar de ser escandalosas, consiguieron reconsiderar el bautismo para Ben Tragel. Días después, en la cercanía de la ermita de San Sebastián, mudéjares y cristianos se reunieron para asistir al acto de bautismo del corsario.
Resultó que cuando el reo llegó a la pila bautismal y alzó la vista, observó que aquella imagen que se le había presentado tantas noches y que le condujo hasta la Torre para ser apresado, era la imagen de la Virgen de la Asunción, lo que hizo que ante todos los asistentes, incrédulos, gritase lleno de júbilo por haberla encontrado tras descubrir que la Virgen quiso purgar sus pecados y absolverle. No sabemos el final de esta historia, pues donde allá la hemos encontrado, en diversos libros y publicaciones, acaba con el bautismo de Ben Tragel. Bien es seguro que después de aquello, la conversión sería efectiva y abrazaría a aquella que le guió hacia el camino de una nueva fe para él.
Horario:
- De martes a sábado: De 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 18.00 h.
- Domingos y festivos: De 10.00 a 14.00 h.
- Lunes cerrado.
- 24 y 31 de diciembre festivos. 25 de diciembre y 1 de enero cerrado.
Precios:
- General: 2€
- Estudiantes, grupos, Carnet Jove, jubilados y familias numerosas: 1€.
- Entrada libre: Los domingos. Además, niños menores de 6 años, personas en posesión de la tarjeta dorada del Ayuntamiento de Elche, profesores y monitores acreditados, personas discapacitadas y con movilidad reducida.
- Bono museo: El bono museo tiene un precio de 8€ euros y permite la visita de todos los museos dependientes del Ayuntamiento. Se puede adquirir en cualquier museo municipal de la ciudad.
Peñíscola de cine…y de leyenda:
Hoy Peñíscola (Castellón) es conocida por el encanto de su castillo y por ser “de cine”, tal y como nos muestra la web de Peñíscoladecine.com.
En la actualidad, su ubicación y hermosura la han convertido en un escenario habitual en la gran pantalla, tanto para producciones tanto televisivas como cinematográficas. Pero sepa el lector que este lugar que une sus encantos junto con los del séptimo arte, que hoy cobra protagonismo como reclamo turístico, oculta en su interior grandes historias y leyendas que deben ser mayor reclamo aún.
Historias como los manantiales subterráneos que emergen de las profundidades, que son de un gran valor para Peñíscola, como es el caso del gran manantial llamado Font de Dins, situado junto a un tramo de la muralla medieval que data de los siglos XIV y XV tal y como nos cuentan en arterural.com, escondidos su acceso a través de túneles medievales.
Acceso a los túneles medievales.
O preciosas leyendas sobre brujas recogidas por el hispanista galo Posper Merimée (1803-1807) a través de textos con testimonios de personajes reales y sucesos extraordinarios, además de las leyendas sobre los templarios, como nos hablan en valenciamistica.blogspot.com.es; o las propias del Papa Luna, Benedicto XIII, donde perdió su anillo papal en el mar al esculpir él mismo, para huir de la fortaleza, una escalera en la piedra que le permitiese acceder al mar, agrandando la leyenda papal aún más con la del llamado Códice Imperial, un pergamino escrito por el emperador Constantino que revelaría un gran secreto que haría temblar los cimientos del mundo y del cristianismo, el cual se perdió en Peñíscola, tal y como nos cuentan en nosotras.com. Y es que Peñíscola, queridos amigos, no solo es de cine, es también de leyenda. Por cierto, Fernanda Zabala cuenta una historia preciosa en su libro «leyendas y tradiciones valencianas I», titualda «los manantiales de Peñíscola».
La Cueva Santa de Altura:
En el término municipal de Altura (Castellón) se encuentra una cueva muy significativa para el cristianismo, no solo por ser lugar de peregrinación y por ser conocida como milagrosa, sino por sus leyendas e historias que allí han acontecido a lo largo de los siglos. Conocida como la Cueva Santa en la actualidad, aunque antes lo fuera por ser cueva del Latonero, es un lugar donde se sitúa un templo dedicado a la Virgen de la Blanco Paloma, de quien debe decirse que es alcaldesa perpetua de Altura y patrona de la Diócesis de Segorbe-Castellón, de Beniarrés, de Santa María de Dota (Costa Rica), de Piacoa (Venezuela), de Bochalema (Colombia) y de los espeleólogos españoles.
En su interior se puede encontrar estalactitas, estalacmitas y una capilla subterránea enjaulada con la Virgen, rodeada de estampitas, juguetes, artículos ortopédicos y todo tipo de presentes y ofrecimientos de personas que agradecen a la Virgen una promesa o curación cumplida. La impresión que da bajar y ver todo aquello es espectacular, pues la Fe depositada en aquel lugar recuerda a la que se ubica en la ciudad francesa de Lourdes.
Hasta ella se suele hacer todos los años la famosa romería de la Cueva Santa (Altura), un peregrinaje hacia este Santuario de la Virgen de la Cueva Santa que se celebra cada primer sábado de mayo, siendo pues un recorrido a pie que se inicia desde Alcublas en un bello trayecto entre campos, paisaje y en compañía de miles de personas.
Autor: Francisco Jose Rios. Título: Santuario de la Cueva Santa, Altura (Castellón).
A ella no solo asisten devotos, sino que también, dada su belleza y recorrido, asisten aquellos que movidos por el deporte, pasar una mañana junto a amigos y familiares o simplemente por unirse a los demás por andar, son cada año más los que asisten a esta tradicional romería. En la zona además tenéis bellos merenderos, como el del Área Recreativa Las Torrecillas (donde el blog de i-natura.blogspot.com.es nos muestra encantos cercanos), del que os hablamos en nuestro artículo de merenderos y áreas recreativas de la Comunidad Valenciana.
Tradicionalmente, como hemos mencionado antes, la cueva era conocida con el nombre de Cueva del latonero, vocablo que en el dialecto churro significa almez. Tiene 20 metros de profundidad y fue utilizada por los pastores como refugio, motivo por el cual fue descubierta la Virgen en el siglo XVI. La Cueva propiamente dicha es una oquedad originada por un fenómeno de erosión cársica, por la que desciende una escalera hasta el recinto donde se halla la capilla de la Virgen, construida en el s. XVII en la profundidad de la cueva y cerrada por una reja. En el fondo de la sima se edificó una capilla de gruesos muros de sillería y mampostería. En el interior se conserva un retablo, formado por pedestales y columnas salomónicas de jaspe. Entre ellas se encuentran las imágenes de San Joaquín y Santa Ana en mármol. En el segundo cuerpo del retablo se sitúa una tabla de mármol tallada en relieve, representando a San Joaquín y Santa Ana, que llevan de la mano a la Virgen María.
La historia del lugar cuenta que Fray Bonifacio Ferrer (1333-1417), hermano de San Vicente Ferrer y Prior de la Orden de la Cartuja, fue quien moldeó imágenes y reproducciones en yeso, donando una de estas últimas a un pastor del Latonero que ocultó la Virgen en el interior de la imagen de la Cueva Santa hasta que fue descubierta en 1503 por un pastor con sus ovejas, de quien se cuenta que vio una aureola de luz celestial entre las peñas húmedas y escondida.
Más allá de todas las historias y leyendas que se cuentan, que son muchas, seguro que todos recordáis aquella copla de:
Que llueva, que llueva
la Virgen de la Cueva
los pajaritos cantan
las nubes se levantan…
Esta copla no es otra cosa que algo que se realiza desde el siglo XVII, como rogativa contra la sequía desde 1622 en romería hacia Altura o Segorbe. Cuentan que las plegarias han sido cumplidas en numerosas ocasiones durante siglos, además de encontrarse el manantial de El Berro en 1915. Bien lo saben los labradores de los alrededores que se encomiendan a la Virgen diciendo aquello de «no ploura mentre no ixca la Palometa en processó». Si queréis conocer más sobre la historia de este lugar, podéis leer el artículo de www.upv.es o leer el oficial de la página pinchando AQUÍ.
Horarios:
- Los lunes cerrado por descanso del personal.
- De martes a viernes abierto el Santuario.
- Los sábados y domingos el Santuario permanece cerrado desde las 14:00 hasta las 16:00
LUNES | CERRADO |
DE MARTES A VIERNES | DE 10:00 A 13:30 Y DE 15:30 A 18:00 |
SÁBADOS Y DOMINGOS | DE 10:00 A 18:00 |
Bocairent y Sant Vicent Ferrer:
Bocairent es mágica. Su casco histórico, les Covetes dels Moros, la antigua cava de nieve o nevero, o el monasterio rupestre son algunos de los grandes atractivos de esta población.
Pero sepa el lector que Bocairent también alberga leyendas e historias que harán su visita mucho más mágica, como la conocida como “la neu dels gelats”, una historia ocurrida en 1867 donde un hombre pudo salvar la vida, y pedir auxilio, tras una intensa nevada que cubría casi el cuerpo, gracias a que pudo ponerse en el pecho un pavo que le transmitía calor para no morir en el intento de llegar hasta la población tras quedar atrapado.
Una de las leyendas e historias de este lugar también es la que se sitúa al pie del risco, cerca de las llamadas Covetes dels Moros, donde hay una gruta con un pequeño nacimiento de agua que recibe el nombre de Pouet de Sant Vicent.
Resulta que allá por 1412 San Vicente Ferrer se dirigía a Bocairent con la intención de predicar por aquellas tierras a lomos de su burro, tal y como ocurrió en los cientos de lugares en los que acabó predicando y como lo recuerdan en innumerables sitios. En su llegada a la población, cerca del Barranc de la Fos, el santo tuvo que soportar una gran tormenta con aguas torrenciales, por lo que tuvo que buscar cobijo en ese momento, topándose con una pequeña cuevecita.
Es esta cueva la que, según cuenta la leyenda, fue el refugio del santo durante la tormenta quien, sorprendido, observaba como una gran cantidad de agua salía de un socavón de aquel lugar, hecho que fue bendecido por él mismo como se recuerda en un azulejo y que la gente del lugar recuerda por las palabras que pronunció desde una ventana ya en la población, tal y como se recuerda en su conmemoración en una hornacina que hay también en la calle Alcalde de la población:
“Dichós el que tinga una mol.laeta en Bocairent que no morirá de mal temps”.
Cuentan que estas aguas tienen propiedades milagrosas, en especial para curar males oculares, aunque si mal no recordamos en nuestra visita, el lugar estaba protegido por un enrejado. Así que no os olvidéis de que cuando recorráis Bocairent, cualquier rincón puede albergar una leyenda o historia, como la de que les Covetes dels Moros quienes, según estudios, fueron escondite/refugio de tradición bereber o agadir, además de ser utilizadas durante la Guerra Civil española como refugio y posteriormente para, quizás, algún maqui.
El Puig Campana y sus leyendas: Francos, brujos, meteoritos, gigantes y OVNIS.
De todo hay en este lugar. Sus historias, tan enigmáticas como increíbles, hablan de todo tipo de creencias y leyendas, tanto antiguas, de la época de los Francos, como recientes, de OVNIS.
El Puig Campana es una imponente montaña con una altitud de poco más de 1.400 metros, convirtiéndose en la segunda cima más alta de la provincia después del Aitana. Ubicada en Finestrat (Alicante), un bello paraje en la Costa Blanca, sorprenderá a todos aquellos que se aventuren a subir hasta lo alto de su cima, pues desde ella se divisan Benidorm e, incluso si está despejado, Ibiza. Quienes nos hablan de la ruta muy bien son desde linkalicante.com, que nos hablan de las diferentes posibilidades aportando preciosas fotografías y un vídeo.
Pero, en realidad, a pesar de su espectacularidad y ser un lugar digno para una realizar una buena ruta, lo que atrae a muchos a visitar el Puig Campana es su otro nombre, ya que también es conocida como “la montaña mágica”. Y es que, alrededor de ella, se disponen numerosas leyendas que van desde los Francos, en la época andalusí, hasta nuestros días, con historias que hablan de objetos voladores no identificados.
Casi todas ellas giran entorno a su cuchillada o tajo, que se presenta en su cima. Una de esas leyendas, la más conocida, es la del héroe francés Roldán, comandante de Carlomagno, quien se enzarzó en combate con un jefe moro. A pesar de que existen diversas historias alternativas a esta leyenda, la más sonada es en la que en dicho duelo acabaron, al parecer, frente a frente en la cima de esta montaña, donde en un momento en el que el caudillo musulmán fue arrojado al suelo, Roldán levantó su espada, Durandarte, para, descargando todo su furia, darle al serraceno un golpe final.
Se dice que este lo esquivó, pero de la inmensa fuerza con la que Roldán propinó el golpe con su espada, cortó un gran trozo de roca que cayó rodando hasta el mar. Lo curioso viene ahora: esta roca sería lo que se conoce como la isla de Benidorm, y la hendidura que hay sobre la montaña, es llamada “el tajo de Roldán”.
Otra de sus leyendas es la más cercana en el tiempo, la de los OVNIS, y que aparece en el libro de Gabriel Gomis “Últimas investigaciones OVNIS”. En él explican cómo a finales de los 70, un grupo de personas que primero eran 4 y terminaron siendo medio centenar, se reunían casi todos los fines de semana para pasar al raso la noche en la cima de la montaña con el fin de vivir una experiencia al estilo “Encuentros en la Tercera Fase“. Y es que al parecer, tal y como nos cuentan nuestros amigos de devacacionesypuentes.com, aquellas personas creían que allí había una base secreta extraterrestre y que, si lo intentaban, podrían comunicarse con los tripulantes de las naves. Curioso. Por cierto, la gnomónica también tiene lugar en este bella montaña, pues, al parecer, una vez al año, con el solsticio de verano, llena de luz ese hueco. . . ¿Querrá significar algo?
A CONTINUACIÓN, TENÉIS DOS ENLACES DE GENTE QUE HA REALIZADO LA RUTA Y DA VARIOS CONSEJOS:
- RUTA DEL PUIG CAMPANA A CARGO DE LOS CHICOS DE CAMINANDO HACIA LAS ALTURAS
- RUTA DEL PUIG CAMPANA A CARGO DE LOS CHICOS DE linkalicante.com
El Santuario de los endemoniados de Balma:
Enclavado en la roca y ubicado en una balma o abrigo natural, en un costado sobre el río Bergantes, se encuentra el Santuario de la Virgen de Balma, en el término de de Zorita del Maestrazgo (Castellón). Construido entre los siglos XVI y XVIII, este lugar ha sido un centro importante de peregrinaciones, que todavía hoy sigue siéndolo aunque con distinta finalidad a la de hace siglos, para los llamados endemoniados, siendo muy popular desde el siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XX.
Lo cierto es que lejos de ser un lugar de peregrinaje más, como los que hoy conocemos para venerar un santo o una virgen, antaño se caracterizó por ser un lugar lleno de ritos de exorcismos a poseídos y lugar de sanación de endemoniados, convirtiendo este lugar en una mina de oro para timadores, cuentistas y todos aquellos que posiblemente se inventaron una historia “maldita” para curar realmente a epilépticos, enfermos mentales o esquizofrénicos, que en la gran mayoría de ocasiones, dichas personas, eran de familias analfabetas, pobres y fácilmente manipulables e impresionables. Aun así, cabe destacar, que en las procesiones y actos religiosos, la iglesia (los curas en cuestión), evitan pasar (quizás por miedo o respeto) y rodean el Santuario… ¿Por qué será?
Cuentan, además, que la jaula que hay en su interior sirvió para encerrar a los endemoniados y practicarles los exorcismos sin miedo alguno a sufrir daño físico.
Este santuario, declarado Monumento Histórico Artístico desde el año 1979, se encuentra muy cerca de Morella o Forcall, siendo perfecto reclamo para visitar dichas poblaciones bellas cercanas. Como todas las historias, hay parte de leyenda y parte de realidad. No sabemos hasta qué punto se puede hablar de leyenda o mito. Lo que sí sabemos es que este lugar sigue despertando la curiosidad, terror o respeto a todo aquel que lo visita, donde podemos recuperar una coplilla que dejó la llamada «filla de la Dallera», una endemoniada que, antes de librarse de locura, expuso su devoción mariana:
Si Dios me deja salir
de esta maldita pelea
a la Virgen de la Balma
misa canta y noventa.
Horario de visita:
Lunes: cerrado.
De martes a viernes de 10:00h hasta 17.00h
Fines de semana y festivos de 10.00h a 19:00h
La cueva de la Venerable Inés, un lugar cargado de leyendas en plena naturaleza:
La llamada cueva de la Venerable Inés es un lugar tanto de peregrinaje como de senderistas, una zona cargada de leyendas y rodeada de valles y montañas en plena Sierra Calderona, en la cercanía de un pequeño acueducto y la cartuja de Porta Coeli.
Ubicado en un lugar cercano a Serra (Valencia), se encuentra este cueva de la que ya os hablamos en un artículo. Lugar de peregrinación, pero también de senderistas, la cueva de la Venerable Inés (Moncada-1388, Moncada-1428), debe su nombre a una ermitaña que vivió en lo alto de una montaña detrás de la Cartuja de Porta Coeli. Una cueva que, tras casi 6 siglos, sigue siguiendo una tradición llegar hasta ella en honor de la anacoreta, algo que viene rememorándose desde el siglo XIV.
Esta zona está cargada de leyendas, justa al lado de una Cartuja y un pequeño acueducto, en terrenos que se encuentran en vías de reforestación y donde, en los alrededores, los senderistas encontrarán caminos para recorrer. A pesar de ser un lugar de leyendas, también es de tragedia y realidades, pues este lugar, el cercano Monasterio cartujo, es uno de los lugares con más fusilamientos acabada la Guerra Civil española.
Para quienes decidan subir hasta lo alto de la cueva, sepan que desde lo alto podrán divisar unas bonitas vistas de la vall de Lullén, también conocida como de Porta Coeli, un pequeño valle situado entre los contrafuertes de la Sierra Calderona, en el municipio de Serra.
Quizás lo que más llame la atención sean sus leyendas, como la de amantes de Porta Coeli, una historia de amor y tragedia entre una joven, Ormesinda, y el hijo único de una poderosa familia local, Ricardo, quien por orden del padre de este último, es obligado a abandonar a su amada decidiendo vestir los hábitos de cartujo, abandonando así también sus deberes familiares. La historia, como podéis imaginar, acaba en tragedia, y recomendamos leer el artículo de La leyenda de los amantes de Porta Coeli para conocer todos los detalles.
Pero esta no es la única leyenda del lugar, puesto que debe su nombre, la cueva a una tal Inés de Moncada. Según cuenta la tradición, de niña, Inés, con tan sólo 5 años y durante la celebración de una misa, vio representada la cara de un niño, al que llamó repetidamente Jesús, en la forma consagrada que estaba utilizando el sacerdote, monssén Jaume Carrós. Aquel milagro y su leyenda, nos la cuenta muy bien Fernanda Zabala en su libro Leyendas y Tradiciones de Valencia I, donde también nos habla de la intentona de Inés de engañar a los cartujos para entrar en Porta Coeli, tras escaparse para huir del matrimonio, haciéndose pasar por hombre, siendo, el engaño, rápidamente descubierto.
A pesar de ello, Inés Pedrós Alpicat fue, a partir de ese momento y durante cuatro años, Benjamín de la Cartuja, el piadoso pastoret que, además de ocuparse del rebaño, oraba a escondidas. Como finalmente no le dejaron ingresar en la orden cartuja, Inés pidió al padre su bendición para abandonar el lugar y dejar de servir, para poder así convertirse en ermitaña y calzar hábito cartujo retirándose a una gruta que descubrió en lo alto del monte. La historia, que no tiene tampoco un final feliz, tras casi 20 años de ermitaña, la podéis encontrar al completo pinchando en La leyenda de Inés de Moncada. El resto del artículo sobre la cueva, lo podéis seguir leyendo pinchando AQUÍ.
ANEXO – La Cueva del Murciélago de Altura
ANEXO II – El Santo Cáliz y la leyenda de la Mare de Déu dels Desamparats:
Si hay un lugar en toda Valencia capital cargado de leyendas e historias, esa es la Catedral de Valencia y sus alrededores. Lugar donde, a lo largo de los siglos, se han venerado a diferentes divinidades en las diversas culturas que por aquí han pasado. Lugar donde, seguramente, los Edetanos tenían su pozo sagrado y que, más tarde, romanos construirían el templo a la divinidad de Diana, siendo más tarde tener culto cristiano antes de la llegada de al-Ándalus; como también espacio de aquella Balansiya en la cual se erigió la Mezquita Mayor y donde, finalmente, los cristianos dedican a la Asunción de María.
Pero este lugar también esta ligado al llamado Grial, conocido también como el Santo Cáliz, aquel que reside en la preciosa sala que recibe el mismo nombre de la copa de la Última Cena de Jesucristo (Capilla del Santo Cáliz), lugar donde también podréis ver a uno de los lados de la pared las cadenas que cerraban el puerto de Marsella que fueron traídas por Alfonso V el Magnánimo en el siglo XV. Y es que las diferentes leyendas e historias que giran entorno al Santo Cáliz, hacen de él uno de los mayores reclamos turísticos para todo aquel que visita Valencia, incluso para aquellos quienes no depositan su Fe en el cristianismo.
Pero no solo esta gran reliquia o la Catedral, llena de grandes lugares para visitar como su Museo y recorrido subterráneo de la Valencia romana o alguna de sus joyas como la «Virgen del Buen Parto» o el brazo izquierdo de San Vicente Mártir, son lugares de obligada visita. También lo es la Real Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, erigida como templo para la imagen mariana de la patrona de Valencia, que recibe tal distinción desde la inauguración del templo en 1667. Sin embargo, este templo está lleno de misterios y enigmas que despiertan un gran número de interés en estudiosos del escepticismo religioso y de la cultura y los ritos valencianos. Resulta curioso, y bastante además, que el único mapa para descubrir lo que allí hubo antes de su construcción está totalmente intacto exceptuando esta zona, donde está borrado el edificio que allí se disponía. Este mapa se encuentra hoy en el Museo Histórico Municipal de Valencia.
Debemos pues, fiarnos de las palabras de Joseph Vicente del Olmo, secretario del Santo Oficio de la Inquisición por entonces (que por cierto, su familia fue una de las más influyentes del Reino durante varias generaciones con el beneplacito de la Inquisición), quien deja testigo de las excavaciones, todos los tesoros romanos que allá se encontraron en su construcción y, lo más importante, que aquellas «casas», o conjunto, pertenecían al arcediano mayor, quien una de ellas disponía el escudo de los Mercader, tal y como se puede observar en «Lithologia o explicación de las piedras y otras Antiguedades halladas en las zanjas que se abrieron para los fundamentos de la Capilla de nuestra Señora de los Desamparados de Valencia» (de Joseph Vicente del Olmo, 1653).
«Las cafas que para efta obra fe derribaron era de la Dignidad de Arcediano de Valencia, vivia en ellas por leerlo en año mil quatro cientos cincuenta y feis el Dotor Matias Mercader, y las reparó entoces, como fe colige de aver hallado fus armas en la puerta principal».
En esta misma obra se da todo tipo de detalles del inicio de los trabajos (abril de 1652), donde nos habla que la construcción de la capilla sobre los terrenos de la vivienda particular del que fuera arcediano mayor de la Catedral, fue debida a que dicho solar era el utilizado habitualmente por el Santo Oficio para sus celebraciones públicas en Valencia, y que era necesario buscar el traslado a un templo acorde a la devoción de la imagen gótica de la virgen que se encontraba en la Catedral desde 1623. La construcción fue debida a la gran devoción generalizada tras la epidemia de peste de 1646, cuando se le atribuyó el fin de la enfermedad y la curación del conde de Oropesa, virrey de la época, quien aceleró el proyecto de construcción de la basílica, el cual databa de 1644 y fue encargado finalmente al arquitecto Diego Martínez Ponce.
La realidad, según cuenta la leyenda popular valenciana, es que sobre este templo había una antigua caseta o morabito musulmán y que en su interior se guardaba una parihuela que transportaba a los muertos en su último viaje, siendo comandados estos enterramientos por una antigua cofradía de enterradores que, en buena voluntad, enterraba a los pobres y desgraciados que nadie enterraba.
Al parecer, aunque en este lugar solo se guardaba una parihuela en tiempos de Balansiya y, posteriormente, en la Valencia cristiana una caja para el transporte de los muertos, acudían las personas para hacer demandas de sufragio (ayuda, favor o socorro), aún habiendo infinidad de templos cristianos intramuros por toda Valencia. Esto se hacía porque las gentes de aquella época pensaban que este lugar era mágico, pues albergaba el trasporte que conducía a las ánimas hasta su último viaje. Lugar que sin ser cristiano concedía favores y peticiones a las personas que acudían hasta allá para rezar.
Es en ese momento cuando la Iglesia se daría cuenta de tal hecho y tiene que poner fin a este culto que para nada le beneficia, otorgando la divinidad del lugar a la Mare de Déu dels Desamparats con los hechos antes relatados tras la epidemia de peste, teniendo la oportunidad única de levantar un templo a la Mare, a pesar de que la lógica nos hace preguntarnos porque no se mantiene la capilla en el interior de la Catedral (una ampliación o mejora) o, en su defecto, se traslada al antiguo Hospital General (hoy c/Hospital, 13), lugar donde existía veneración a la Mare de Déu por ser la imagen venerada para la Cofradía y el Hospital, la llamada «imatge que va sobre los cosos» (1426) o «Imatge de la Verge María e ab los Jhs al bras ab la creu al coll e Ignocents al peus e dos angels» (1451). Incluso antes de la construcción de la basílica se recogen «sugerencias» en la época para el traslado de la imagen hasta el antiguo Hospital, con una clara negativa de la Iglesia por entonces.
Es esta misma leyenda la que explica que el fenómeno que se produce en la Ofrenda. Donde tanto devotas como no creyentes que acuden sufren la llamada «Llumenà», no es más que una extensión de lo que allí ocurría hace siglos, cuando las valencianas acudían en peregrinación a la caseta de los enterradores para sus peticiones.
Como todas las leyendas, es difícil saber si esta fue cierta o no (además de que nos es muy difícil intentar averiguar más cosas porque las actas de época están, en su mayoría, en latín), ya que como sabréis, las leyendas, que son narraciones populares que cuentan un hecho real o fabuloso, a veces son adornadas con elementos del folclore y transmitidas de forma. Lo que sí sabemos es que hay demasiadas casualidades, como un mapa borrado además de la poca información que hay, y tan solo del Santo Oficio.
No sabemos, sin embargo, si las peticiones y peregrinaciones son mayores, a lo largo del año en toda Valencia, que las de San Nicolás. Lo que sí sabemos es que «Nostra Mareta» es muy querida y visitada, ya que por eso es nuestra Patrona.
Por cierto, no mencionaremos la leyenda de las Trescientas Doncellas porque a pesar de que la puerta de la Almoina sea digna de visita, esta leyenda no es más que una farsa para intentar de explicar la repoblación, tal y como nos cuentan desde catedralmedievaldevalencia.blogspot.com.es.
Si después de todas estas historias te quedas con ganas de más, puedes leer las que se ubican en Alicante en el blog de sendasyleyendas.com. Las de Castellón en castellon-en-ruta-cultural.es o las de Valencia con lavalenciainsolita.com. Además de que podéis encontraros decenas de cualquier provincia en los libros, por ejemplo, de Fernanda Zabala (Leyendas y tradiciones valencianas I y II).
Gracias por leer mi blog
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