La torre del Miguelete que preside la Catedral de Valencia es uno de los puntos más icónicos de la ciudad. Es una torre de 63 metros de altura, con forma de prisma octogonal y de estilo gótico valenciano. Y tiene nada menos que 207 peldaños, que no es moco de pavo. Pero además esta construcción tiene una serie de curiosidades, muchas, y hoy os vamos a contar algunas de ellas.
1. Se construyó en cuatro siglos diferentes
Por diversas razones, la torre se tuvo que construir entre los siglos XIV, XV, XVII y XVIII. Empezó a construirse en 1381, pero la complejidad de la obra hizo que se paralizara en 1425, antes de construir la espadaña. Esta se terminaría a partir del año 1660, y su construcción se alargó hasta el 1736.
2. Albergó una campana de prestado
En 1940 la torre de Santa Catalina estuvo a punto de ser derribada, cosa que afortunadamente no ocurrió. Para salvar la campana de esta iglesia, el Miguelete la guardó junto a sus otras 11. En 2003, l’Eloi (así se llama esta campana) volvió definitivamente a su hogar.
3. En una ocasión un burro subió a lo más alto
Esta anécdota data de 1459. El encargado de unas reformas, el maestro cantero Francisco Baldomar, poseía un burro en un cobertizo cercano. Unos bromistas se aprovecharon del carácter confiado del maestro para sacar al burro del cobertizo y subirlo a lo más alto de la terraza. Tuvieron que venir unos marinos para bajar al animal con un sistema de poleas. La broma se consideró un acto del demonio hasta que se descubrió la verdad.
4. Los campaneros suben 300 veces al año
Es un cálculo aproximado, pero esto hace la suma nada desdeñable de un millón y medio de escalones al año. Si tenemos en cuenta que cada escalón mide 25 centímetros de alto, suma un total de 375 kilómetros al año subiendo y bajando escaleras. Mejor que en el gimnasio.
5. Hay un cuarto que solo se ilumina una vez al año
Esta estancia, llamada La Presó, se usaba para dar asilo a aquellos que venían a la catedral huyendo de la justicia. Es decir, era más un escondite que una prisión. En verdad la luz entra desde julio aproximadamente, pero queda muy bonito de cara al gran público decir que solo está iluminado el 15 de agosto, por la Ascensión de la Virgen. Nos quedamos con la leyenda.
6. Solo una de las 11 campanas es automática
Tal como suena –nunca mejor dicho–. El resto de instrumentos se sigue accionando de forma manual, aunque disponen de mecanismos por si alguna vez hay que mecanizar el tañido. Y la que siempre suena de forma autónoma, la Bárbara, también puede ser accionada de forma manual.
7. Los nombres de las campanas
Hablando de nombres, casi todas llevan nombre de persona: la Caterina, el Jaume, l’Ursula, el Pau, l’Arcis, el Micalet, la Maria, el Vicent, l’Andreu, e Manuel, la Barbera, la Violant. Solo dos no llevan nombre humano: la de quarts y el cimborret.
8. La campana que da nombre a la torre es la más grande del Reino de Aragón
Precisamente la que da nombre a la torre, el Micalet, es la campana más grande del antiguo Reino de Aragón y una de las más grandes de España. Data de 1539 y pesa más de 7 toneladas y media.
9. La piedra especial
En la cara exterior de una de las paredes existe una piedra especial colocada para alertar al campanero en caso de urgencia. Esta piedra especial suena cuando es golpeada por un objeto contundente y el sonido se transporta hasta lo más alto de la torre. Un pequeño alarde de la ingeniería de la época.
10. Su perímetro es igual que su altura
Para terminar, una curiosidad matemática. Los lados de su base suman 50’85 metros de perímetro, que es casi la misma longitud que existe desde la base hasta la terraza (51m). La adición de la espadaña es lo que desequilibró esta bonita balanza y aumentó la altura de la torre hasta los 63 metros.
Fuente: Valencia Secreta
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Muy interesante y muy buena información para todos incluyéndonos a los valencianos. Un saludo
Gracias por leer mi post. Saludos
Un placer